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06 de Octubre de 2024
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VI. Patrimonio Arqueológico  

La palabra Perú evoca inevitable y casi inmediatamente, las imágenes de Machu Picchu y del Imperio fundado por los Incas, por sus caminos es posible conocer el impresionante patrimonio arqueológico heredado por civilizaciones más antiguas que dan testimonio de su arte, costumbres, ritos y desarrollo.

La civilización Inca surgió tarde en el proceso de desarrollo cultural de los Andes prehispánicos y su historia ocupa, apenas, un siglo dentro de los 20 mil años que tiene la presencia del hombre en el territorio peruano. 

Mucho tiempo antes que los incas, mientras se desarrollaban focos civilizatorios como Mesopotámia, Egipto, India y China (3000 y 2000 a.C.), al Norte de Lima se edificó Caral, la primera expresión americana de un asentamiento urbano del precerámico con arquitectura monumental en un área mayor a las 10 ha.  

Posteriormente, la cultura Chavín (800 - 200 a.C.) en la sierra norte, lograron significativos avances en arquitectura, ingeniería y agricultura. En la costa norte, la civilización Moche (200 a.C.- 600 d.C.) es reconocida por su cerámica realista (huacos retrato) y sus templos piramidales. Este mismo territorio fue luego escenario de los Chimú (1100 - 1500), cuyo legado más conocido es la ciudadela de Chan - Chan: un inmenso laberinto de murallas de barro de 12 metros de alto y exquisito trabajo arquitectónico.

En el sur, las líneas de Nazca (300 a.C. - 900 d.C.), impresionantes figuras grabadas sobre la pampa desértica y los cementerios Paracas (800 a.C. - 600 d.C.), cuyos mantos dan testimonio de la visión mágico-religiosa de esta civilización que forman parte de los tesoros arqueológicos del Perú. 

Siglos después, los incas (1400 - 1500) convirtieron al Cusco en el centro de su civilización, construyendo en ella importantes obras como Sacsayhuaman, Písac o el Koricancha. Fue en esta tierra donde el mito e historia se fundieron, donde los caminos de los incas, los pueblos, las personas y las tradiciones son una muestra constante del espíritu andino, sagrado y monumental.  Los restos arqueológicos prehispánicos del Perú se encuentran fuera del Centro Histórico de la ciudad de Lima; se encuentran ubicados en distritos residentes o en valles de la costa relativamente próximos a la gran metrópoli.

En el Perú antiguo, una huaca podía ser un río, un árbol o un cerro al cual se atribuía poderes mágicos por ser el lugar donde residía alguna divinidad o ancestro; en la costa, se reservó el nombre a ciertas pirámides escalonadas.

La Arqueología del Norte

Chan Chan y las Huacas de la libertad


Ruinas de Chan Chan

El antiguo señorío Chimú (XII - XV d.C.) fundó su capital junto al río Moche en el departamento de La Libertad y la llamó Jang-Jang, que en la antigua lengua Mochica signfica "sol-sol".

Chan Chan con aproximadamente 20 kilómetros cuadrados de extensión es la ciudad de barro más grande de América prehispánica. Para su construcción los chimú utilizaron adobe, cantos rodados, barro, madera, totora, paja y caña, materiales que la integran a las arenas de la costa como una extensión natural.

La ciudad está compuesta por ciudadelas que tienen una sola entrada que da acceso a un corredor que se abre a otros caminos con paredes y edificios de hermosa arquitectura rectangular: Patios interiores, residencias, edificios administrativos, templos, plataformas y depósitos. Las paredes se decoraron con frisos modelados en alto relieve con motivos geométricos y zoomorfos.

La plataforma sepulcral del soberano, construida en forma de T, fue el edificio más importante. La ciudadela estaba circundada por barrios periféricos, donde vivían los productores y los servidores del reino. Los nombres que reciben hoy en día las ciudadelas corresponden a los arqueólogos que las han estudiado (Rivero, Tschudi, Bandelier, Uhle, Tello); así, la ciudadela "Rivero", corresponde a la sede de Minchancamán, último gobernante Chimú, capturado y llevado al Cusco por los incas según las crónicas.

 La ciudad, fue el núcleo urbano de un gran estado regional que abarcó la mitad de la costa peruana, desde Tumbes en el norte hasta Lima, todos los caminos partían de ella.

Huaca El Dragón o Arcoiris:

Huca del Dragon o Arco Iris

Ubicada en el distrito de La Esperanza, 5 Km. al noroeste de Trujillo (15 minutos aprox.).

Los frisos de sus murallas están decorados en relieve con figuras policromas antropomorfas y representaciones estilizadas del arco iris. Este centro ceremonial Chimú, es una de las Huacas piramidales más antiguas del valle. Se considera que el lugar tiene una antigüedad de 1100 años. Comprende un área de 3.245 metros. Es una edificación de adobe y barro, de forma casi cuadrangular, cuyas paredes presentan forma abigarrada. Su estructura presenta una sucesión de plataformas superpuestas, orientadas de este a oeste, estando la parte superior del edificio orientada hacia el este. Se presume que originalmente debió presentar tres pisos, una de sus funciones fue llevar a cabo celebraciones religiosas en honor al Arco Iris u otros fenómenos naturales relacionados con la lluvia y la fertilidad de los suelos. En lo decorativo, destacan en sus muros figuras en alto relieve de barro con representaciones zoomorfas y antropomorfas. La Huaca ha sido denominada el Dragón por la importancia y notoriedad de una figura de alto relieve en uno de los muros principales, bicéfala, parecida a un dragón, con un sin número de patas, a la manera de un ciempiés.

H
uaca La Esmeralda

Huaca La esmeralda

Situada a 3 Km. de la ciudad de Trujillo (8 Km. aprox.), este sitio arqueológico fue construido durante las primeras épocas de desarrollo de la cultura Chimú, en estrecho vínculo con la capital Chan Chan, el cual, presenta una forma rectangular, con 65 metros de largo y 41 metros de ancho. Construido en base a adobe, posee dos plataformas a las que se asciende a través de dos rampas centrales. Sus paredes presentan decoraciones de barro en alto relieve, con motivos zoomorfos y geométricos que se repiten sucesivamente.

Las Huacas del Sol y de la Luna

Huaca de la Luna y el Sol

La campiña de la región de La Libertad fue el escenario que los antiguos Mochica escogieron para la construcción de sus más importantes centros ceremoniales: Las Huacas del Sol y de la Luna. Ubicados a sólo 8 kilómetros de la ciudad de Trujillo, estos impresionantes monumentos tiene una antigüedad de más de 1500 años.

La Huaca o templo del Sol funcionó como un centro administrativo y político. Es una pirámide escalonada de aproximadamente 43 metros de altura que, según la tradición, fue construida en sólo 3 días por 250.000 hombres. Para su construcción se utilizaron aproximadamente 70 millones de adobes.

A 500 metros de la Huaca del Sol, se encuentra la Huaca de la Luna. Esta construcción tuvo un fin ceremonial y está compuesta por seis templos superpuestos construidos en diferentes períodos del poderío Mochica. Destacan sus grandes murales policromos, en los que se representó a la divinidad Mochica conocida como Ai-Apaec ("Dios Degollador"), ya que se encuentran en buen estado de conservación. Se cree que fue en honor a este Dios que se realizaron múltiples sacrificios humanos, rituales que han quedado plasmados en otros elementos de la iconografía Mochica.

Otros personajes han sido representados en su fachada: serpientes, pescadores, arañas gigantescas sosteniendo cuchillos ceremoniales, sacerdotes, etc. Estos habrían sido diseñados para rendir culto al agua y la fertilidad de la tierra.

La Fortaleza de Kuélap

Fortaleza de Kuélap


Ubicada a 3.000 msnm, en los andes amazónicos del departamento de Amazonas, Kuélap es prueba de la infinita destreza de los Chachapoya, pueblo que habitó la zona entre los años 1000 y 1400 d.C.

La gigantesca muralla que protege a la ciudad, está compuesta por puestos de vigilancia, un torreón y únicamente tres estrechos ingresos que podían ser defendidos por un solo guerrero, alcanza 8 metros de alto y la rodea por completo. Debe imaginarse al complejo como un lugar inalcanzable a los invasores de reinos vecinos aunque finalmente, los quechuas del Imperio Incaico, vencieron a los Chachapoya.

La ciudad es de piedra, pero a diferencia de la arquitectura inca, éstas están labradas con motivos antropomórficos y de animales. También cambiaron el patrón de colocación para lograr diseños geométricos.

Las viviendas más comunes eran de base circular, algunas se han reconstruido para que los visitantes, muy pocos dado que Kuélap es de difícil acceso, puedan intuir la vida en el lugar, rodeados de orquídeas y bromelias.

La integración del antiguo peruano con la naturaleza es una lección asombrosa. Los Chachapoya, cuyos secretos están guardados por la espesura del follaje, crearon armonía en un lugar privilegiado, un sitio sin tiempo donde las cimas de las montañas son besadas por las nubes.

Complejo Arqueológico de Sicán (Batán Grande)

El norte del Perú fue cuna de algunas de las culturas más importantes del Perú.  Ellas dejaron como legado impresionantes construcciones que resumen su elevado grado de desarrollo arquitectónico y la impresionante organización de sus sociedades. Dentro de estas culturas, es especialmente importante el legado de la cultura Sicán, cuyo complejo arqueológico sigue hoy arrojando al mundo nuevos hallazgos.

Este complejo arqueológico se encuentra ubicado dentro del Santuario Histórico Bosque de Pómac (Lambayeque). Está integrado por diversas estructuras piramidales construidas entre los siglos VIII y XII de nuestra era, las cuales habrían funcionado como templos, viviendas, cementerios y talleres artesanales. Entre estas construcciones destaca la Huaca "La Ventana", en la cual se encontraron bellas obras elaboradas en metal como por ejemplo el Tumi de oro o cuchillo ceremonial.

La Cultura Sicán llegó a dominar la mayor parte de la costa norte peruana en la época de su máximo apogeo. Sus pobladores fueron hábiles orfebres que crearon piezas muy elaboradas en diversos metales como el oro, el cobre arsenical (aleación de cobre y arsénico) y la tumbaga (aleación de oro, plata, cobre y arsénico de bajo quilate). También destacaron como artesanos ceramistas.

Gran cantidad de estas piezas pueden ser apreciadas en el Museo Nacional de Sicán, uno de los más modernos del país, que se ubica en Ferreñafe y donde el visitante puede apreciar una impresionante recreación de las costumbres y formas de vida de esta cultura.

El mausoleo real de Sipán

En el siglo IV de nuestra era los moches dieron sepultura al más importante de sus "señores". Lo enterraron con la cabeza al sur, cubrieron su nariz y sus ojos con adornos de oro, lo calzaron de plata. Sacrificaron para él a mujeres, niños, llamas. Y los mejores guerreros lo acompañaron en su último viaje para protegerlo.

Más de 1700 años después, ese mismo "señor" ha dado un salto prodigioso hasta nuestros días. No lo ha hecho solo, por supuesto: un equipo de arqueólogos peruanos liderados por el Dr. Walter Alva halló los restos del desde entonces conocido como "Señor de Sipán" en el departamento de Lambayeque, al norte de la costa peruana. Era el año de 1987 y, desde entonces, el monumental hallazgo se ha considerado uno de los más importantes de los últimos tiempos. La estructura hallada en la localidad de Sipán consta de tres recintos piramidales en los que descansa el gobernante acompañado de un séquito de súbditos.

Pero más allá de lo espectacular del descubrimiento, y de la belleza de sus ricos adornos, las Tumbas Reales del Señor de Sipán han permitido a los arqueólogos e historiadores reconstruir una parte desconocida de la impresionante cultura que durante siglos dominó gran parte del norte peruano: los moches.

En la actualidad - y luego de ser exhibidas en distintos países de América, Europa y Asia - los restos del Señor de Sipán descansan en su lugar de origen. Una amplia muestra puede visitarse en el Museo Tumbas Reales de Sipán en la ciudad de Lambayeque. Así, aquel noble señor descubrirá su misterio a las generaciones venideras.

Turismo, investigación y conservación en el Valle de las Pirámides

Turismo arqueológico que tiene como escenario principal el complejo de pirámides de Túcume, uno de los más importantes centros pre-incas del país por el tamaño y calidad de sus estructuras.

Conformado por docenas de pirámides de adobe agrupadas alrededor de la montaña sagrada La Raya, el valle ofrece expediciones de observación a museos y sitios arqueológicos, la participación en investigaciones arqueológicas, rituales esotéricas y tradiciones orales.

A lo largo del viaje se da además un intenso intercambio cultural con los pobladores locales a través de la visita a talleres artesanales de tejidos y cerámicas, la participación en festividades religiosas y la degustación de su exquisita y variada cocina.

Elementos innovadores: Es una experiencia única que combina turismo arqueológico y una intensa interacción con el poblador local. Destaca también la participación activa de la comunidad en el desarrollo del turismo, y en la difusión y conservación de su patrimonio natural y cultural.

Las ventanas de Otuzco

Cajamarca resume en su arquitectura el encuentro de dos culturas: la inca y la española, sus restos arqueológicos nos narran sin embargo, historias más antiguas, historias que se remontan a la cultura Caxamarca (hasta 800 d.C.), a sus acueductos y enigmáticos petroglifos y a otras civilizaciones más viejas aún.
A tan sólo 8 kilómetros de la ciudad, en el distrito de los Baños del Inca, las ventanillas de Otuzco destacan en medio de la naturaleza. Son la necrópolis de una población preinca, anterior a la cultura Caxamarca, de probable influencia Wari. Cientos de galerías y nichos individuales, que asemejan ventanas, fueron horadados en la roca volcánica; alcanzan hasta 8 y 10 m de profundidad, sus entradas son de corte rectangular o cuadrangular de 50 a 60 cm. de altura. Originalmente debieron tener lápidas de piedra con figuras simbólicas en relieve a juzgar por algunos fragmentos hallados en las cercanías.

Cuenta la tradición, que los incas vaciaron el interior de la roca y dieron a los nichos un uso diferente, los convirtieron en depósito de granos (en quechua, “collca”), para lo cual reorientaron las entradas contra el viento para mantenerlos frescos. A través de algunas ventanillas se puede ingresar a las galerías oscuras y misteriosas, cuyo final inalcanzable, inspiró la imaginación del hombre en la creación de pasadizos secretos que unían a Cajamarca con el Cusco.

La Arqueología del Centro

Caral: La ciudad más antigua de América

Arqueología de Caral

Antigüedad: Período Arcaico Tardío (3,000 a 1,500 años a.C.).
Ubicación: Valle de Supe, a 158 Km. al norte de la ciudad de Lima.

Caral es uno de los 18 asentamientos identificados en el valle. Con una extensión aproximada de 65 hectáreas, está conformada por una serie de conjuntos arquitectónicos como la Pirámide Mayor, la Pirámide del Anfiteatro y el Sector Residencial de Elite.

El viento sopla con fuerza sobre las arenas de Caral, la ciudad más antigua de América. Una fuerza viva que, quizá, los antiguos pobladores buscaron reproducir a través de sus flautas. Hechas de hueso de cóndor y pelícano, las primeras 32 flautas halladas en el sitio arqueológico han significado una de las mayores sorpresas de Caral. Precisamente, en el año 2001 se realizó el Taller de Investigaciones Arqueomusicólogas de las Flautas de Caral, con el objetivo de reproducir el sonido de cada una de ellas, tal como se habrían escuchado en el 3,000 a C.

Hoy, la Dra. Ruth Shady, arqueóloga responsable de las investigaciones, viaja cada fin de semana a Caral para continuar con los trabajos de excavación. Se despide de la urbe y de su oficina en el Museo de Arqueología y Antropología del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para continuar acudiendo a una cita con el pasado.

Si desea más información sobre las últimas investigaciones, puede escribir al correo electrónico: marqcecu@terra.com.pe o llamar al teléfono (511) 427 8155. 

Cronología:

1905. Max Uhle da a conocer las primeras informaciones arqueológicas sobre Supe.
1941. Willey y Corbett realizan las primeras excavaciones en la zona.
1970. Willey y Mosley observan que los montículos antes identificados como promontorios naturales, son en realidad pirámides escalonadas. Ese mismo año, excavaciones de Feldman indican que se trataría de un asentamiento precerámico.
1994. Se realiza un reconocimiento arqueológico con el apoyo del Instituto Nacional de Cultura y la National Geographic Society, bajo la conducción de la Dra. Ruth Shady. Se identifican 18 asentamientos, pero se continúa sin saber a qué período exactamente pertenecen.
1996. Se inicia un programa de excavaciones en Caral, nuevamente con el apoyo de National Geographic Society. Se escoge Caral por ser uno de los asentamientos más grandes y mejor conservados. Por primera vez se confirma que Caral data del Precerámico.
1997. Continúan las excavaciones, esta vez con el apoyo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
2000. Pruebas con Carbono 14 confirman la antigüedad de Caral.
2001. World Monuments Fund incluye Caral entre los 100 monumentos del mundo con riesgo de desaparecer.

Chavín: El origen de la civilización

Ruinas de Chavin


Registro único del complejo pasado de un pueblo, los restos arqueológicos de Chavín de Huantar se alzan desde la oscuridad de los tiempos para convertirse en un símbolo de la milenaria cultura nor-peruana.

Ubicado a 3.185 msnm, y a sólo 3 horas de la ciudad de Huaraz, el centro mágico-religioso de Chavín fue construido aproximadamente en el año 1200 a.C. Sus muros son de piedra y sus estructuras piramidales, lo que ha generado controversia respecto a la función que habría tenido el edificio: ¿un templo?, ¿una fortaleza? .

Los lugareños suelen referirse al lugar como "el Castillo". La construcción presenta una compleja red de caminos y túneles de piedra únicamente iluminados por haces de luz que penetran a través de ductos estratégicamente dispuestos. En su interior aún pueden apreciarse el "Lanzón Monolítico" piedra tallada de cinco metros de alto en la que se observan feroces divinidades y monstruosas figuras antropomorfas, o las "Cabezas Clavas", suerte de centinelas enclavados en las murallas del castillo.

Chavín fue una de las primeras culturas americanas, coetánea de los Olmecas, en México. Es notable el nivel de desarrollo que alcanzaron en agricultura, arquitectura y cerámica, así como en su capacidad administrativa, lo que le permitió dominar gran parte del norte y el centro del Perú. Quizás en eso radica la importancia del castillo de Chavín de Huantar: en su ubicación estratégica como punto de contacto entre costa, sierra y selva. Para nosotros, sin embargo, los monumentales restos descubiertos en 1919 por el arqueólogo peruano Julio C. Tello, tienen el valor de ser una parte imprescindible de nuestra historia.

Kotosh: Las manos que se cruzan en el tiempo

Kotosh


Parte de la magia que envuelve el hacer turismo en el Perú es la sorprendente cantidad de hallazgos y restos arqueológicos ubicadas en las cercanías de las principales ciudades del país. Tal es el caso del Templo de las Manos Cruzadas de Kotosh, ubicado a escasos 4 Km. de la hermosa ciudad serrana de Huanuco.

Con casi 4.000 años de antigüedad, Kotosh es uno de los primeros vestigios de civilización humana del Perú, y sin duda, uno de los más antiguos de América. El lugar consta de una serie de montículos piramidales entre los que destaca una pequeña habitación en las que trabajadas en barro y piedra, hay unas manos cruzadas que representan una de las primeras muestras escultóricas del ande peruano.

Por la antigüedad de los restos es difícil, hasta hoy, interpretar los ornamentos del templo: hay quienes creen ver en los dos pares de manos cruzadas hallados en el interior del recinto, el recuerdo de supuestos sacrificios realizados por los sumo sacerdotes a manera de ofrendas; otros, sin embargo, ven en las manos cruzadas un símbolo de protección contra los enemigos y hasta una representación de cierto nivel de comunión ritual.

En todo caso, se sabe, por la ausencia de restos de viviendas en los alrededores, que Kotosh no fue un lugar que aglutinaba una gran cantidad de habitantes y es de suponer que fue un lugar sagrado o de peregrinaje. Parte misma del paisaje huanuqueño, y peruano, Kotosh es un ejemplo palpable de los antiquísimos tesoros que guarda el suelo del Perú en cada uno de sus rincones.

El oráculo de Pachacamac

Pachacamac


El dios Pachacamac, original de la costa central, sobrevivió a la influencia inca y española. De acuerdo a la mitología inca, fue dios del fuego e hijo del sol, rejuvenecedor del mundo, su fuerza se vinculó a los movimientos sísmicos y, tras el arribo de la fe católica, al Cristo de Pachacamilla, más conocido como el Señor de los Milagros.

Las primeras ocupaciones en la zona datan del año 200 a. C., pero la construcción del santuario se inicia con el florecimiento de la cultura Lima (IV y V d.C.), con el Templo de Urpiwachak al oeste de la zona, y el Conjunto de Adobitos, grandes edificaciones de compleja técnica arquitectónica.

La cultura Ishmay desarrolló, 400 años antes del establecimiento de los incas, el gran Centro Ceremonial; calles, numerosos templos con rampas y el Templo Pintado, son muestra de su urbanismo religioso.

Los incas, al llegar al valle, adecuaron las construcciones preexistentes a sus necesidades administrativas, desacralizando la ciudad y perdiendo el oráculo del centro. Construyeron el Templo del Sol, el Acllahuasi, la Plaza de los Peregrinos, y otros palacios cuya ciudadosa reconstrucción nos permite imaginar el lugar quinientos años atrás.

El santuario de Pachacamac es hoy una zona arqueológica en el departamento de Lima que cuenta con museo de sitio y áreas naturales protegidas, como el bosque de algarrobos y la laguna. Recorrer el lugar es trasladarse por  la historia del valle del río Lurín y de la costa central, de sus entierros y de sus templos, admirando la milenaria convivencia de los peruanos con la naturaleza.

Las Huacas de Lima Metropolitana

En el Perú antiguo, una Huaca podía ser un río, un árbol o un cerro al cual se atribuía poderes mágicos por ser el lugar donde residía alguna divinidad o ancestro; en la costa, se reservó el nombre a ciertas pirámides escalonadas.

En Lima, el proceso de urbanización, gracias al esfuerzo de arqueólogos y  de algunos vecinos, ha respetado innumerables Huacas, vestigios arqueológicos que resaltan en medio de la gran ciudad.

En el corazón del distrito de San Isidro, se ubica el complejo de Huallamarca. Hualla significa en quechua, disparejo y marca, pueblo, pues en sus primeros tiempos el complejo presentaba una estructura sustentada sobre rampas "en espiral". En 1999, se han encontrado vasijas del período inca, cuyo entierro quizá señale la tumba de un importante personaje de la época.

Algo que caracteriza a las Huacas más importantes de Lima es que los jóvenes arqueólogos siguen trabajando en ellas e integrando a la comunidad, tal es el caso de la Huaca Pucllana ubicada en Miraflores, que hoy es un parque histórico cultural. El complejo fue centro ceremonial administrativo de la cultura Lima (400 d. C.), que tuvo el control del valle de Lima. Las evidencias indican que se realizaron actividades de culto religioso, ritos y sacrificios en honor a sus dioses y posiblemente, también se ubicarían allí las residencias de los sacerdotes gobernantes. El parque histórico Pucllana cuenta con un museo de sitio y con áreas de investigación, conservación y restauración y promoción cultural, ésta es la que se encarga de integrar a la comunidad desde la infancia y así crear conciencia de respeto al patrimonio arqueológico y natural.

La Arqueología del Sur

Choquequirao

Ruinas de Choquequirao

Desde la fortaleza de Choquequirao, en la zona de Vilcabamba, los Incas de la dinastía Manco resistieron por 36 años (1 536-1 572) a los conquistadores españoles, quienes nunca lograron expulsarlos de ella.

La construcción de Choquequirao es obra de los sucesores del Inca Pachacutec, Tupac Inca Yupanqui (1 471-1 493) o Wayna Capac (1 493-1 527). En el lugar se utilizaba cerámica domestica y ceremonial del estilo clásico cuzqueño, y también de otros, propios de la población que se trasladó para construir y poblar el sitio de manera permanente, probablemente agricultores experimentados en construir y explotar los andenes agrícolas en zonas de ceja  selva. Ubicado a 3 050 msnm, en el límite con el departamento de Apurímac, el conjunto arqueológico de Choquequirao no fue construido para ser un lugar al que se accede como de pasada, y llegar a el demanda dos días de disciplina marcha, largamente compensada por la belleza del paisaje que acompaña al caminante desde sus primeros pasos.

El trayecto se inicia en Cachora (2 800 msnm), un pequeño pueblo del departamento de Apurímac al cual se llega, habiendo partido del Cusco, después de cuatro horas de buena carretera (145 Km. asfaltados y 10 Km. afirmados). Es allí donde se contacta con los arrieros de mulas, quienes además hacen las veces de guías. Una familia local ofrece hospedaje y el único teléfono de la localidad. Aproximadamente 40% del centro ceremonial inca de Choquequirao esta libre de vegetación. El área restante esta formada por un complejo sistema de andenes construidos en laderas sumamente empinadas. Hace poco ha sido ubicada una impresionante escalera de 180 andenes que, descendiendo desde uno de los flancos del centro ceremonial, llega hasta el río, en el que es posible nadar.

Choquequirao fue posiblemente uno de los puntos de control de ingreso a la región de Vilcabamba, y en tanto tal un núcleo administrativo con funciones políticas, sociales y económicas. En su concepción urbana siguió los patrones simbólicos de la capital imperial con los lugares de culto dedicados al Sol, a los ancestros, a la tierra, el agua y otras divinidades, residencias reales, casas de administradores y artesanos, depósitos, grandes edificios para dormitorios o kallancas y andenes agrícolas del Inca y del pueblo. El área ceremonial se extiende a lo largo de 700 metros, percibiéndose una diferencia de nivel de hasta 65 metros entre la plaza principal y las partes mas elevadas.

El templo de Koricancha

Templo de Koricancha


Koricancha es testigo de excepción de la fusión de las culturas Inca y occidental, siendo uno de los más importantes templos del Tahuantinsuyu, sus muros de piedra finamente pulida sirvieron como cimiento para la construcción del Convento de Santo Domingo. El templo, cuyas suntuosas paredes se dice que estuvieron recubiertas por láminas de oro y plata, estuvo dedicado al culto del sol, albergando en ocasiones imágenes del Trueno y Wiracocha, deidades traídas de distintas regiones y momias de gobernantes. El culto en el interior del templo estaba restringido a las más altas personalidades de la época y hasta él llegaban desde lejos representantes de las poblaciones no incas de todo el Imperio para rendir culto y tributo a los dioses del Tahuantinsuyu.

Machu Picchu: Maravilla del mundo

Cuidadela de Macchupicchu


La ciudadela de Machu Picchu es el más importante de los atractivos turísticos del Cusco. Descubierta en 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham, esta ciudadela es considerada una de las más extraordinarias muestras de arquitectura paisajística del mundo.

Machu Picchu (en quechua, 'montaña vieja') está situada sobre una montaña de estructura de granito. Utilizando ingeniosas técnicas, los Incas lograron transportar pesados bloques de piedra así como tallarlos y pulirlos con pulcritud sorprendente.

TARIFAS:

Adultos extranjeros  S/. 122.00 nuevos soles
Estudiantes extranjeros  S/. 61.00 nuevos soles
Niños (8 a 21 años)  S/. 61.00 nuevos soles
Adultos nacionales  S/. 62.00 nuevos soles
Estudiantes nacionales S/. 31.00 nuevos soles
Niños (8 a 21 años)  S/. 31.00 nuevos soles
Niños (0 a 7 años) no pagan

*La venta de entradas para estudiantes es previa presentación de carné universitario vigente o ISIC. El pago debe ser abonado en moneda nacional y el boleto puede adquirirse en el Instituto Nacional de Cultura de Cusco o en el distrito Aguas Calientes, NO en el mismo santuario de Machu Picchu.

Arquitectónicamente dividido en sectores o zonas:

Sector agrícola
Está rodeado por una sucesión de andenes de diferente tipo y dimensión que posiblemente cumplían dos funciones principales: Cultivo y contención de las erosiones producidas por las lluvias. En el sector agrícola se hallan cinco habitaciones con características de depósitos llamadas collpas o graneros.

Cementerio superior y roca ritual
En Machu Picchu, como en todas las ciudades Incas, los entierros fueron hechos en las zonas periféricas. En esta zona se encontraron restos óseos y en la parte superior se hallaron cantos rodados (piedras), que pertenecen al sitio, lo que indica que se realizaron ofrendas con dichas piedras.

El Templo del Sol

Templo del Sol


Es una construcción semi-circular edificada sobre una roca maciza, bloque de granito existente adaptado a la curvatura natural cuyo perímetro es de 10.50 m. En este edificio se hallan dos ventanas trapezoidales con protuberancias en cada esquina, en el lado norte se observa una puerta finamente labrada con horadaciones en sus jambas, muy similares al del Templo del Qoricancha en el Cusco.

Templo de las tres ventanas
Se ubica al oriente de la plaza principal, tiene una gran planta rectangular y el nombre se debe a que en la parte matriz existente tres hermosas ventanas más dos vanos ciegos. El tipo arquitectónico desarrollado en este recinto juntamente con el templo principal es el más impresionante de todo Machu Picchu: son enormes poliedros finamente esculpidos y unidos con milimétrica precisión.

Intiwatana

Intiwatana

Roca madre intrusiva, punto ceremonial que se puede traducir como Inti = sol y wata = año, que fue un lugar de estudio del año solar donde se pudieron determinar los solsticios y equinoccios. Muchos estudiosos afirman que los Intiwatana servían como hitos direccionales en cuyos ángulos se puede encontrar el norte magnético. En todo caso, se trató de un eje ritual de gran significación religiosa.

Mausoleo o tumba
El enorme bloque de piedra inclinado que soporta el templo del sol en su porción inferior, deja una gruta que está decorada y acondicionada con excepcional maestría, para luego ser utilizada como mausoleo. Fue además lugar de adoración y ofrenda a las momias de las principales autoridades; presenta en su punto de acceso una representación del signo escalonado de la diosa tierra.

WAYNA PICCHU

Waynapichu

El guardián eterno del Santuario, el Wayna Picchu (“Montaña Joven” en Quechua) se yergue imponente dominando la ciudadela Inca. Subir hasta la cumbre es otra experiencia inolvidable. En el trayecto y en la cima se aprecian recintos sagrados y admirables terrazas construidas sobre el precipicio.

El ascenso se realiza desde la plaza principal de Machu Picchu por un camino, construido por los propios Incas, que se encuentra señalizado y en buen estado. La vista es impresionante: Machu Picchu en todo su esplendor, el cañón del Vilcanota y las montañas circundantes.
La caminata dura entre dos y tres horas.

WIÑAYWAYNA

Winaywayna

Wiñaywayna (“Por siempre joven” en Quechua), es quizá la construcción más hermosa del Camino Inca –se llega a ella al tercer día de la caminata. Ubicada a 2700 msnm, consta de un pequeño sector urbano en el que destacan diez fuentes rituales y un torreón construido con piedras labradas. Son también notorios la escalinata que conecta los distintos niveles del complejo y el sector agrícola, con terrazas colgantes que desafían el precipicio que da hacia el cañón del Vilcanota.

No es necesario hacer los cuatro u ocho días del Camino Inca para conocer Wiñaywayna. Es posible llegar desde Machu Picchu Pueblo y siguiendo el tramo de la vía férrea para luego iniciar el ascenso en el km. 104. La caminata dura 3 horas y media.

CAMINO INCA

Caminos del Inca

Es parte de la red de caminos que los Incas desarrollaron para unir los principales centros administrativos y religiosos en todo el Tahuantinsuyo. Una de esas vías comunicaba Cusco con Machu Picchu. El recorrido de ocho días, para el cual se recomienda una preparación física óptima, pasa por las laderas del nevado Salkantay, mientras que el de un día, que permite vivir la experiencia de recorrer la vía sin el rigor de un trekking exigente, tiene como parada principal el sitio arqueológico de Wiñaywayna.

El tramo más popular es el de cuatro días, un recorrido que por la belleza del paisaje –ya que se recorren diferentes pisos ecológicos- y de los sitios arqueológicos construidos a su paso, se ha ganado la reputación de ser uno de los mejores destinos para hacer trekking en el mundo. En el trayecto se remonta abras que bordean los 4000 msnm como Warmiwañusqa (4200) y Runkuraqay (3860) para luego descender a 2000 msnm (ceja de selva), se recorre extensas graderías labradas en la roca y se pasa túneles de hasta 20 m de largo. El tramo parte de Piskacucho, en el Km. 82 de la ferrovía Cusco – Machu Picchu Pueblo.

RECORRIDO
Piskacucho – Llulluchapampa, 7 horas.
Llulluchapampa – Runkurakay, 7 horas.
Runkurakay – Phuyupatamarca, 7 horas.

INTIPUNKU

Intipunku1

“Puerta del Sol” en Quechua, constituye la entrada a Machu Picchu a través del Camino Inca. Llegar a ella antes del amanecer para contemplar cómo la ciudadela Inca va apareciendo mientras la neblina se despeja, es un espectáculo conmovedor, emocionante e inolvidable.

El Intipunku ofrece una vista majestuosa y total de Machu Picchu y de la montaña sagrada de Wayna Picchu. Está formado por escalina-tas empinadas labradas en piedra y construcciones que hacen suponer que fue una especie de aduana para el control de las personas que ingresaban y salían de la ciudadela.

TEMPLO DE LA LUNA
Desde la plaza principal de Machu Picchu, una caminata de tres horas lleva hasta este fascinante templo, donde está presente la conceptualización religiosa de los tres niveles del mundo andino: el Hanan Pacha (el mundo encima de la tierra), el Kay Pacha (el mundo de la tierra) y el Ukju Pacha (el mundo interior de la tierra), representados por el Cóndor, el Puma y la Serpiente.

Puesto de Vigilancia
Constituido por un edificio de tres muros con varias ventanas, se halla antes de la portada principal. Desde este edificio se observa panorámicamente los dos grandes sectores Agrícola y Urbano y el entorno paisajístico.

Sector Urbano
Delimitado el sector agrícola por un foso seco, paralelamente se observa una larga escalinata que conduce a la puerta principal. Este sector alberga los mayores elementos arquitectónicos de una ciudad (llaqta) inca. La ciudad tiene trazo de U.

Al norte se observa un gran sub sector religioso de los templos, al sur, el conjunto de habitaciones y talleres en andenes platafórmicos que Hiram Bingham denomino grupo militar.

Roca Sagrada
Presenta una pieza monolítica labrada de 3 m de altura y 7 m de base que se asemeja a un felino. De otro ángulo se observa como el perfil de una montaña circundante a Machu Picchu. Por las características que presenta este grupo, más las dos “Huayranas” habitaciones de tres muros, cumplieron posiblemente funciones rituales.

Templo Principal
Se ubica al norte de la plaza sagrada, muy cerca de las Tres Ventanas, construido a manera de wayrana, es decir, rectangular pero sólo con tres paredes; tiene 11 m. Largo por 8 m. de ancho y sus murallas un espesor de 0.90 m. Una piedra esculpida servía de altar al pie del muro principal.

Las Plazas
Son cuatro plazas en diferentes niveles que se caracterizan por presentar formas rectangulares de estilo clásico inca, intercomunicadas por escalones empotrados en los parámetros de los andenes. La que tiene mayores dimensiones es la plaza central, la cual cumplió funciones religiosas y sociales.

Las Puertas
Presentan variadas características de textura, tamaño y estilo arquitectónico que las diferencia unas de otras, aunque todas coinciden en su tradicional forma trapezoidal.

REGLAMENTACIÓN DE VISITAS

Para colaborar en la conservación de este valioso Monumento Arqueológico, Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, le recomendamos tener en cuenta lo siguiente:

- Llevar bebidas sólo en cantimploras
- No llevar ni consumir alimentos dentro del monumento
- Ingresar en un grupo de máximo 20 personas
- No subir a los muros de la ciudadela
- Está vedado iniciar fuego abierto
- Hacer uso de los basureros señalados
- No perturbar a las especies de flora y/o fauna del lugar
- No contaminar las fuentes de agua
- Caminar por los circuitos señalizados 

Durante el recorrido por el Camino Inca, esta absolutamente prohibido:

- Arrojar basura
- Encender fogatas y cocinar con leña
- Pernoctar en los sitios arqueológicos
- Recolectar plantas, flores, insectos y animales en la ruta.